Oaxaca figura como una de las entidades donde su ciudadanía percibe mayores índices de corrupción, no obstante, su Sistema Anticorrupción aún no logra desarticular las redes de intereses entre el sector público y el privado que, por años han saqueado el erario estatal.
El abandono de las instituciones, la falta de presupuesto para garantizar justicia en casos de corrupción, la no denuncia, así como el contexto político y cultural de la entidad son elementos que facilitan actos corruptos, explican a Contralínea integrantes del Comité de Participación Ciudadana Estatal y de la Red Nacional de Abogadas Indígenas.