"No existe evidencia certera de que la 4T esté combatiendo las causas de la violencia, como afirma el Presidente".
A más de dos años de que tomó posesión como Presidente de la República y se comprometió a pacificar el país, la estrategia de seguridad del Gobierno de la Cuarta Transformación ha resultado un fracaso.
Desde sus primeros días como Presidente, López Obrador renunció al uso de la fuerza del Estado para enfrentar a los 14 cárteles que operan en el país. (La Fiscalía General de la República reconoce la existencia de 37 grupos criminales) Y enseguida acuñó la frase más polémica de su Gobierno: “Abrazos y no balazos”, con lo que dejó en claro que su política de seguridad no se basará, como ha ocurrido, en el uso de la fuerza porque, de acuerdo con sus propias palabras, “la violencia genera violencia”. Aquí cabe añadir: La inacción oficial detona la violencia criminal.