Por tres delitos probados en contra de una niña: dos violaciones y un abuso sexual, el sacerdote Aristeo Trinidad Baca fue condenado este martes a 34 años cinco meses y 10 días de prisión.
La decisión del Tribunal sienta un precedente que agrupaciones de mujeres consideraron histórico debido a que se hizo justicia a una niña que se enfrentó, con el respaldo de su familia, a un religioso católico encumbrado desde el poder eclesial, económico y político. También, porque se sentenció al primer sacerdote de la Diócesis de Ciudad Juárez por delitos de índole sexual.