La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) nombró el miércoles pasado como nuevo defensor de migrantes a Raúl Ramírez Ramírez, exombudsman de Sonora, que en 2011 ignoró un caso grave de torturas, desaparición forzada y detención arbitraria a manos de policías estatales y ministeriales.
Fue la propia CNDH, en una recomendación de 2013, la que constató que Gisela Peraza, exempleada doméstica del antiguo gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, fue torturada y víctima de detención arbitraria y desaparición forzada a manos de policías. La institución federal retomó el caso después de que la defensoría estatal presidida por Ramírez Ramírez lo cerrase por no encontrar pruebas.