Rubén Figueroa, de 38 años, conoce bien el proceso de buscar a un desaparecido. Él mismo, en su trabajo en el Movimiento Migrante Mesoamericano, ha logrado encontrar a 50 personas que se perdieron en el camino hacia Estados Unidos y a quienes sus familias buscaban en Guatemala, Honduras o El Salvador.
Su organización, a más de 400. Ahora el activista también busca, pero es una tarea mucho más complicada, porque le golpea personalmente. Su hermano Freddy, de 40 años, desapareció en junio de 2020 en Playa del Carmen, Quintana Roo.