Aunque el precio de la Mezcla Mexicana de petróleo va en aumento, su nivel sigue siendo bajo. Y aunque tenga beneficios para el país, el problema de México es su insuficiente capacidad de refinación, su falta de autonomía energética y por tanto, un limitado poder para negociar mejores condiciones de importación de petrolíferos.
El incremento de los precios del petróleo —y en consecuencia el aumento de los precios de las gasolinas— en los mercados internacionales tiene un doble impacto en las finanzas públicas del país: por el lado de las exportaciones de crudo, Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Gobierno federal recibirán más ingresos petroleros; pero por el lado de la importación de combustibles y el subsidio para mantener estables los precios de las gasolinas, el incremento le dará un golpe a la economía nacional, explicó en entrevista el analista energético Arturo Carranza.