Aunque en las últimas semanas el Presidente López Obrador ha hecho énfasis en el tema de la minería y en los abusos que provoca tanto en los derechos laborales como en el medio ambiente, la legislación a esta actividad va lenta y aún beneficia a las grandes empresas.
En los últimos dos años, la anhelada Ley Minera que por fin ponga a las comunidades y al medio ambiente por encima de las empresas, ha quedado en promesa y la legislación que opera es la que se aprobó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari mientras fue Presidente de la República (1988-1994), la cual fue elaborada en el marco de la puesta en marcha del otrora Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Desde entonces, y aunque ha sido modificada en diversas ocasiones, el fondo es el mismo: tiene un claro beneficio para las empresas extractivas, acorde a la entrada de la política neoliberal en México.