La detención de trabajadores petroleros por el supuesto robo de combustibles continúa. Ahora tocó el turno a seis empleados de la refinería de Tula, Hidalgo, quienes habrían sido capturados en flagrancia cuando transportaban productos petrolíferos en carros-tanque propiedad de la misma empresa petrolera del Estado, con una capacidad de 60 mil litros cada pipa, para presuntamente almacenarlos en bodegas controladas por el crimen organizado, y posteriormente proceder a su distribución y venta clandestina.
Se trató de un operativo de agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) para ejecutar varias órdenes de aprehensión. Una de ellas fue en contra de Samuel Aguirre León, jefe de almacén de la Refinería de Tula, cuando circulaba en su vehículo por las calles de esa ciudad, acusado de estar supuestamente implicado junto con otros cinco trabajadores petroleros en el robo de combustibles, quienes fueron internados en el penal de Almoloya.
Sin embargo, al parecer las “pruebas” eran tan débiles que en el caso de Aguirre León a los dos días de su captura salió de prisión, mientras que el resto de empleados petroleros seguirían presos por haber sido detenidos cuando supuestamente robaban las gasolinas.