Hacinados, desesperados, hambrientos, sin dinero, acechados por enfermedades y exigiendo su libertad para regresar a casa o para que los dejen continuar hacia el norte, miles de migrantes centroamericanos y de otros países llevan semanas encerrados en albergues y estaciones migratorias donde, a diferencia de otros éxodos, aumenta la presencia de niños y adolescentes.
Nery Rodríguez, de 45 años, fue interceptado por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) el lunes 8. Lo detuvieron junto a sus hijos Jairo Orlando, de 17 años, y Nery Emmanuel, de cuatro. Atrás, en San Pedro Sula, Honduras, dejó a su esposa con otros dos hijos.