Los casos de los migrantes Elvin Mazariego, guatemalteco, y Victoria Esperanza Salazar, salvadoreña, ambos asesinados en México, exhiben el problema estructural que hay en materia migratoria y que no se ha atendido al menos desde hace 10 años, luego de que se encontraran 72 cuerpos de migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas.
Insuficiencia renal o cardiaca, asfixia por ahorcamiento, lesiones, infecciones, paros cardiorrespiratorios, infartos e incluso “caída de litera” son algunas de las causas que han ocasionado en los últimos siete años la muerte de migrantes que se encontraban resguardados en las Estaciones Migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM).
De acuerdo con datos de esta dependencia, de 2013 y de 2015 a mediados de 2019, al menos 20 migrantes —principalmente centroamericanos— fallecieron en su paso por México; 17 eran hombres y tres, mujeres, una de ellas de 10 años de edad.