Cinco habitantes de Paso de la Reyna fueron asesinados en menos de cinco meses, dos de ellos, Fidel Heras Cruz y Jaime Jiménez Ruiz, eran defensores del Río Verde. Ante estos hechos, comunidades, autoridades agrarias y organizaciones sociales de Oaxaca exigieron seguridad para la comunidad.
Los habitantes de Paso de la Reyna aseguraron en un comunicado que no han obtenido respuesta por parte de las autoridades, por lo que en asamblea determinaron instalar un campamento a la entrada del pueblo como medida de seguridad. Organizaciones y pueblos de Oaxaca responsabilizaron al gobierno estatal y federal de la violencia en la región.