Quienes añoran aún que se construya el Nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco lanzan una campaña judicial y mediática contra el rediseño del espacio aéreo. Al mes de haber sido puestas en marcha las nuevas rutas, un juez frena la modernización y obliga a regresar al viejo modelo. La disposición judicial no sólo busca mantener con vida la megaobra en el Lago, sino que impide disminuir contaminación, gasto de turbosina, tiempos de vuelo y riesgos, revelan documentos confidenciales.
El Poder Judicial frenó trabajos que, de acuerdo con documentos confidenciales de los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), disminuirían hasta en 100 millas los vuelos que los aviones realizan entorno al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México antes aterrizar.
Además, la determinación –no definitiva– de los jueces, de mantener vigente el viejo sistema, significa mayor carga de trabajo para los controladores aéreos y más gastos en turbosina para las aerolíneas con la consecuente contaminación y demoras en los aterrizajes.