Durante 20 años, Luis Cárdenas Palomino fue considerado por distintos gobiernos como uno de los mejores policías en México. Condecorado a nivel nacional y en el extranjero, experto en el combate al secuestro, impulsor de nuevas tecnologías de investigación, y responsable de la desarticulación de más de una centena de bandas criminales. Era una parte de los logros con los que se le describía.
Pero en los últimos años esa imagen de “superpolicía” (como lo llegaron a nombrar en círculos policiales y de expertos en seguridad) se ha desquebrajado frente a diversas investigaciones oficiales en México y Estados Unidos que lo señalan de ser probable responsable de actos de tortura, lavado de dinero, corrupción y narcotráfico.