De acuerdo con la averiguación previa del caso faltaban unos minutos para las diez de la noche. Era el 27 de abril del 2012. El lugar: el patio de una casa ubicada en la colonia Hank González de la delegación Iztapalapa.
La presunta tortura que por casi dos horas habían infligido los policías federales a los cinco detenidos con amenazas de muerte, golpes en todo el cuerpo, toques eléctricos, asfixia con bolsas de plástico, e incluso la violación con un rifle introducido al ano de uno de ellos… se detuvo.