El padrón electoral del Instituto Nacional Electoral (INE) cuenta con datos biométricos de más de 93 millones de personas mayores de edad en el país. Estos datos, entre los que se encuentran las huellas dactilares y fotografías de rostros, pueden ser utilizados para identificar personas fallecidas y sin nombre que han pasado por los Servicios Médicos Forenses (Semefos) del país.
El método pareciera ser simple. El protocolo que el INE elaboró para este fin establece que las fiscalías deben enviarle las huellas o fotos de los cuerpos sin identificar, en formatos acordados previamente; el Instituto hace una revisión automatizada del padrón y devuelve a las fiscalías cuáles son las huellas y fotos del padrón que resultaron coincidentes. Sólo cuando las autoridades estatales confirman con un análisis pericial la identidad de las personas, el INE entrega los datos adicionales con los que cuenta.