En menos de una semana, las versiones oficiales sobre el atentado con uso de explosivos que cobró la vida del propietario y el gerente de un restaurante-bar en Salamanca pasaron de reconocerlo como “un ataque terrorista sin precedentes” a reducirlo a un acto de venganza personal por un negocio fallido.
Hubo un drástico giro en el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quienes inicialmente expresaron preocupación por el uso de explosivos –cuyo origen no ha quedado hasta ahora debidamente aclarado– en un ataque que dejó muertos, heridos y terror, en el exterior del restaurante Barra 1604 de la Avenida Faja de Oro, de Salamanca, la noche del domingo 19 de septiembre.