En las marañas de compañías de papel que conforman las estructuras offshore, cada entidad cumple una función específica y aprovecha al máximo los beneficios del país o la jurisdicción en que está creada; algunas tienen el propósito de canalizar el dinero hacia una zona sin impuestos, otras sacan ventaja de la “respetabilidad” de un país para no sonar alarmas en el sistema financiero internacional, y otras usan la opacidad de ciertos sistemas corporativos para esconder al dueño real de toda la estructura.
Si bien los esquemas offshore suelen ser diferentes y adaptarse a las necesidades de cada cliente millonario, los asesores fiscales y patrimoniales de los más de 3 mil mexicanos detectados por Proceso y otros 149 medios en los cerca de 12 millones de documentos confidenciales de los Pandora Papers han usado estrategias similares a lo largo de los años, adaptándose a los cambios legales de los países para perfeccionar sus estructuras.