Doce años después que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) inició Rápido y Furioso –operación encubierta responsable del ingreso masivo de armas de alto poder a México–, la Fiscalía General de la República (FGR) no ha esclarecido si supieron de ella funcionarios del gobierno de Felipe Calderón.
La FGR retomó la investigación en 2019, cuando el gobierno de Estados Unidos apenas había cerrado el caso.