“Nuestro jefe de grupo nos dio la instrucción de colocar casquillos percutidos al exterior del inmueble y también de dispararle a la camioneta que ya estaba colocada ahí, de manera que pudiésemos justificar los motivos por los que entramos al domicilio (…) En la camioneta estaba el cuerpo de quien respondía al apodo de ‘El Negro’, pero no tengo conocimiento de cómo murió, además escuché que nuestro jefe de grupo dio la instrucción de que le fuera colocado el chaleco con el que finalmente apareció, pero tampoco sé quién lo haya hecho”.
Esta es parte de la declaración prestada en noviembre de 2019 por Juan Carlos Vicenzio Zuvirie, agente del extinto Centro de Análisis, Inteligencia y Estudios de Tamaulipas (CAIET), y testigo protegido dentro de la carpeta 406/2019 que investiga la masacre de Valles de Anáhuac, en Nuevo Laredo.