Faltaban 15 minutos para que la audiencia concluyera cuando un agente de la Guardia Nacional entró en la sala. Con paso discreto, avanzó entre las dos filas de asientos y abrió la pequeña puerta de madera que divide el área del público del sitio que ocupan la Fiscalía y la defensa… en el cinturón portaba unas esposas metálicas.
Emilio Lozoya alcanzó a verlo de reojo. El oficial de al menos 1.75 metros de estatura, camisa de manga corta, uniforme de color verde olivo claro y corte de cabello tipo militar se movió detrás de sus abogados, y se colocó a la espalda del exdirector de Petróleos Mexicanos. Ya no se le despegó.