En cuestión de semanas, la casa, el negocio de barrio o el taller con el que colindaba su vivienda ya no está. Fue demolido y de inmediato se colocaron tapiales. Unos días después comienza la construcción de “algo” y cuando menos lo advierte, al lado de su casa se ha levantado una torre de 4, 5, 6 o más plantas en donde vivirán decenas familias. Quizá es un edificio de oficinas, un hotel o, incluso, un edificio que alberga todos estos usos de suelo. Así se vive el boom inmobiliario de la Ciudad de México.
Solo en 2017, en la Alcaldía Benito Juárez -que era gobernada por el panista Christian von Roehrich- se entregaron 412 manifestaciones de construcción, de ellas, 378 fueron solo para obras nuevas. Es decir, en promedio se autorizó una manifestación de construcción para obra nueva al día durante ese año.