Como en los anteriores repuntes del covid-19, el personal de salud vuelve a estar desprotegido para atender los altos contagios de la variante ómicron que se avecinan. Le sigue faltando equipo de protección adecuado, es numéricamente insuficiente, padece sobrecargas de trabajo, labora con bajísimos salarios y, para colmo, todavía no se le aplica la vacuna de refuerzo a pesar de estar en la “primera línea” de combate a la pandemia.
Ante esta riesgosa situación, el gremio de enfermería, el más afectado y expuesto al contagio en el sector salud, comienza a organizarse para exigir mejores condiciones que le permitan no sólo afrontar la nueva variante, sino mejorar de una vez por todas su precaria situación laboral.