“Para estar en un colectivo de búsqueda no se necesita tener un familiar desaparecido”, dice Milagros de Jesús, quien desde hace seis años se dedica a tratar de encontrar a sus dos hermanos.
A sus 20 años, Milagros tiene claro que los jóvenes, aún si no son víctimas directas de las desapariciones, son pieza clave para que los grupos de búsqueda continúen con su labor, y para que se haga eco y se sensibilice a la sociedad en general acerca de la gravedad del problema en México. Y es que, según cifras oficiales, en el país hay 96 mil 849 personas reportadas como desaparecidas o no localizadas.