El 11 de septiembre de 2003, a la mitad del Gobierno de Vicente Fox, la Cámara de Diputados tenía previsto votar el desafuero de Ricardo Aldana como Senador para que pudiera ser enjuiciado por el Pemexgate, pero el PAN dobló las manos. Así fue como se pactó su impunidad.
Un día el PAN pudo meter a la cárcel a Ricardo Aldana por la corrupción en el sindicato de Pemex y lo perdonó, en un episodio orquestado directamente por Felipe Calderón.
Ahora, tras una elección inédita en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Aldana es el nuevo secretario general del sindicato de trabajadores petroleros.