Padres de familia y maestros viven amenazados por tratar de alejar a los niños de estas actividades.
Los niños y adolescentes de por lo menos cinco municipios del Triángulo Rojo de Puebla cambiaron los cuadernos, los lápices y las mochilas, por armas, dinero o las drogas, se han convertido en el ejército de los grupos de la delincuencia organizada en esta región del estado, pues resulta más económico sostenerlo y son más leales, les han vendido su alma, cuerpo, así como sangre.