A las 12:30 de ayer lunes, Gonzalo Castillo Cuevas prefería pasarse de cauto en su pronóstico en lugar de lanzar las campanas al vuelo.
“No me hago grandes expectativas”, repetía una y otra vez en las escalinatas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde 11 ministros debatían el destino de su madre, Alejandra Cuevas, una mujer de 67 años que lleva más de un año y medio en prisión preventiva luego de que el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, la acusara de no haber cuidado a su hermano Federico cuando este se encontraba en el lecho de muerte.