El campamento era uno de los muchos que proliferaron en los principales cruces de la frontera entre México y Estados Unidos desde el inicio de la pandemia, e incluso antes.
Autoridades mexicanas levantaron el campamento de migrantes que se había instalado junto al puente fronterizo de la ciudad de Reynosa hace más de un año y donde se hacinaban unas dos mil personas, entre ellas cientos de niños.
Según informó el Instituto Nacional de Migración (INM) en un comunicado, los migrantes -guatemaltecos, salvadoreños, hondureños y haitianos- fueron trasladados a un albergue en coordinación con asociaciones religiosas y de “forma pacífica y ordenada”.