Ni un minuto de su tiempo dedicó el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para referirse al terrible asesinato de dos periodistas el lunes 9 de mayo en Veracruz. Por supuesto tampoco hubo un minuto de silencio a manera de homenaje a las periodistas atacadas a balazos. Ni promovido por el Presidente, ni solicitado por los del gremio que asistieron a la conferencia matutina del 10 de mayo a Palacio Nacional.
En menos de un minuto, efectivamente, López Obrador salió del paso con una brevísima declaración: “Estamos en la investigación y pronto vamos a tener un informe, es lamentable, y nuestro abrazo a los familiares de las víctimas”. Eso fue todo lo que dijo. Ni una palabra más, ni un compromiso de su parte para generar condiciones de seguridad en México, ni una promesa de ejercer el Estado de Derecho, ni un llamado a la fiscalía general de la República para que colabore en las investigaciones. Nada.