El 2021 fue un año de terror para muchas familias de comunidades zacatecanas que se vieron obligadas a desplazarse, al mirar cómo se multiplicaban los números de personas desaparecidas y asesinadas. La mayoría de quienes están ausentes son hombres jóvenes; la sospecha de que son víctimas de trabajo forzado inhibe las denuncias. La violencia que comenzó a extender sus raíces en territorio zacatecano desde hace tiempo tomó nuevos aires.
Luis y Juan recogen los cartuchos percutidos y desperdigados por los costados de la carretera que conduce hacia la comunidad rural de Palmas Altas, en el municipio zacatecano de Jerez. Es abril de 2022 y ambos niños corren por esa vía desierta, custodiada ahora por el Ejército Mexicano. Se guardan algunos entre las bolsas y con otros juegan como si fueran silbatos.