En Chiapas, «la tortura es una práctica común realizada por policías y agentes adscritos a la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE)», lo que convierte a la entidad en una «fábrica de culpables», principalmente indígenas, aseguró el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).
«Esto es tolerado y llevado a cabo en contubernio con Jueces de Control. Su complicidad para subsanar las deficiencias en las investigaciones de las Fiscalías genera que se vincule a proceso, se lleve a prisión preventiva por más de un año, que no se garantice una defensa adecuada y dicte sentencia a personas inocentes», acusó el Frayba.