Han pasado 8 días del asesinato de los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos y de la desaparición de los hermanos Paul Osvaldo y Armando Berrelleza Rábago, todos cometidos presuntamente por José Noriel Portillo Gil, apodado el Chueco, sin que las autoridades hayan podido detenerlo.
De acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua, Portillo Gil privó de la libertad a los dos hermanos, también habitantes de la comunidad de Cerocahui, luego de que un equipos que presuntamente patrocina perdió un partido de béisbol contra el conjunto donde jugaban los hermanos.