El lunes 4 de julio, en su primer viaje juntos, una pareja abordó el vuelo 7028 de la aerolínea Wingo en Bogotá, Colombia, con destino a Cancún, México. Su única intención era aprovechar la luna de miel que les había regalado el papá de él.
Después de aterrizar, en el módulo de migración les preguntaron por sus documentos y, pese a las comprobaciones, los agentes decidieron que debían pasar a una segunda revisión —que, según la ley, solo puede durar un máximo de cuatro horas—, sus pasaportes y celulares les fueron retirados para ser retenidos por más de 12 horas en el Aeropuerto Internacional de Cancún y, finalmente, fueron deportados.