Durante años, los partidos políticos también han funcionado como guaridas de políticos, es decir, de miembros que mientras no tienen algún puesto público, gozan de un espacio que les permite continuar en la escena y al mismo tiempo percibir un salario a través de una “comisión” o “asesoría”.
Dentro de los partidos políticos los altos salarios van dirigidos a la élite que los integra a través de puestos de comisiones, secretarías y coordinaciones, que mes con mes se ven traducidos en sueldos de más de 100 mil pesos.
De hecho, el “sostenimiento de actividades ordinarias permanentes”, rubro en el que están contemplados los sueldos, abarca el 95 por ciento del total de las prerrogativas, es decir de los recursos públicos que reciben los partidos.