En la última década se han registrado incidentes en más de la mitad del país. Los reportes de las autoridades dan cuenta de al menos 276 accidentes que se han cobrado la vida de por lo menos 270 personas. Los eventos han ocurrido en minas, muchas veces, controladas por magnates mexicanos y por empresas canadienses.
La tarde del 3 de agosto un estruendo resonó en una mina de carbón localizada en Sabinas, Coahuila. Se trató de un derrumbe en un área contigua de una vieja mina abandonada hace casi 40 años, que estaba repleta de agua, lo que provocó una inundación en tres de los pozos de la instalación de unos 60 metros de profundidad. En el lugar trabajaban 15 personas, pero sólo cinco lograron salir.
La tragedia —que ha movilizado durante días al Gobierno federal— ha evidenciado una vez más las condiciones precarias en las que laboran los trabajadores de esta industria, bajo control de los hombres más ricos del país y de empresas canadienses. Los mineros de Sabinas, todos de bajos recursos, trabajaban en el lugar sin medidas de seguridad ni supervisión de las autoridades.