El proyecto del Tren México-Toluca, una de las promesas de Enrique Peña Nieto y Gerardo Ruiz Esparza, tiene que inaugurarse, en teoría, en diciembre de 2023, pero un recorrido basta para verificar que hay pocos trabajadores en la obra; que el avance, a pesar del tamaño de la inversión, es a cuentagotas y que el material ya luce viejo y sirve como muro para grafitis.
El Tren México-Toluca tiene ya nueve años de recibir inyecciones de dinero público y se mantiene a medias. Las estaciones, las vías, los talleres, cocheras y túneles lucen abandonados y oxidados.
El estatus actual de la obra no concuerda con el dinero que ha costado: en un inicio Enrique Peña Nieto y Gerardo Ruiz Esparza —fallecido el 1 de abril de 2o20— anunciaron que este tren tendría un costo de 39 mil millones de pesos, pero de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación del 2021, el costo ya ascendió a los 82 mil 116 millones, lo que significa un crecimiento del precio original del 92 por ciento.