Los movimientos armados y la alta burguesía mexicana se declararon la guerra en la década de 1970. Ambos bandos se reconocieron como enemigos irreconciliables. El Estado mexicano se puso al servicio del sector patronal y ejecutó la más criminal embestida para exterminar a las guerrillas y congraciarse con el empresariado. Archivos secretos de inteligencia naval dan cuenta de casi 200 secuestros ejecutados por los guerrilleros contra los capitalistas y la alianza de éstos con el gobierno federal.
De 1970 a 1975 el movimiento armado ejecutó casi 200 secuestros contra el alto empresariado mexicano, según los archivos de inteligencia naval a los que Contralínea tuvo acceso. La mayoría de los plagios se realizaron en Guerrero, el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), Nuevo León, Jalisco, Sinaloa y Sonora. Muchos no se hicieron públicos, hasta hoy.
Entre los informes y fichas de analistas y marinos –todos adscritos a la Unidad de Inteligencia Naval de la Secretaría de Marina– destaca un legajo de 20 folios sobre la “inseguridad pública” causada por “el movimiento armado”. Se refiere, en su mayoría, a los secuestros y otros golpes –como colocación de bombas– que efectuaron los movimientos armados contra integrantes de la alta burguesía mexicana. Y las consecuencias que los guerrilleros enfrentaron.