La transición energética es una de las grandes prioridades para adaptarse y mitigar la crisis climática. Como otros países, México apuesta por parques eólicos a gran escala como una solución. Sin embargo, varios municipios del estado de Puebla, donde habitan campesinos, enfrentan las consecuencias ambientales y socioculturales que dejan estos megaproyectos.
México se ha posicionado en varios rankings entre los países que más contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, según distintas estimaciones. Ante las consecuencias de la crisis climática, el país busca impulsar la transición energética, apostando por fuentes renovables como la energía eólica. Por ese motivo, se han instalado parques eólicos en quince estados del país, entre ellos Puebla, una zona que se destaca por su rica diversidad natural y cultural.
Las energías renovables son una vía para poder cumplir uno de los compromisos que ha hecho el Estado mexicano para lograr el objetivo del Acuerdo de París: reducir las emisiones del sector industrial, generar 35% de energía limpia en 2024 y 43% en 2030, y mantener el incremento de la temperatura global para debajo de los 2 °C, haciendo el mayor esfuerzo para que no sobrepase los 1,5 °C.