Otra vez el mismo clamor, con la misma fuerza: “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
Han pasado ocho años de que 43 estudiantes de Ayotzinapa fueran desaparecidos. Ocho años de aquélla noche, 26 de septiembre de 2014, cuando fuerzas del crimen organizado, civiles, policías y militares, se unieron para atraparlos por protestar, desaparecerlos y muy probablemente asesinarlos con extrema crueldad, según la última evidencia. Pero el paso del tiempo no opaca el reclamo. El grito es el mismo y retumba en las calles.