Documentos obtenidos en el hackeo a la Sedena ponen en evidencia el monitoreo que hacen informantes de esa institución, sin que se aclaren los propósitos. Vidulfo Rosales, abogado de las madres y los padres de los normalistas desaparecidos, se ve vulnerable a una agresión por sus diferencias con el Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el Ejército.
La Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) monitorea actividades de dirigentes de organizaciones sociales, así como de los padres y madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y de su abogado Vidulfo Rosales Sierra, y los informantes las reportan a sus mandos. Los propósitos de estos reportes no son del dominio público.
El espionaje actual, que no es abiertamente reconocido por la institución, se pone en evidencia con documentos filtrados por el grupo de hackers “Guacamaya”, que son parte de los miles de archivos que sacó del sistema de la Sedena.