«Los actos de vigilancia ilícita tienen un efecto intimidatorio y envían una negativa señal de intolerancia gubernamental a la crítica», aseguró Guillermo Fernández-Maldonado, representante en México de la ONU-DH, tras las revelaciones del espionaje por parte del gobierno y el ejército contra organizaciones, defensores y periodistas en México.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos manifestó su preocupación por los casos de espionaje dados a conocer recientemente, «ya sea por la filtración de documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional o a través de una denuncia por el uso de un software, adquirido por el gobierno mexicano».