“Mi hermana está en la casa y no se puede parar. Se golpea (con las manos) y el doctor dice que no tienen nada”. Alba, una mujer bajita y morena, describe así los síntomas que aún padece su hermana, luego de que hace una semana ella y otras decenas de estudiantes de la secundaria Juana de Asbaje, en Bochil, Chiapas, resultaran intoxicados.
Pese al tiempo transcurrido y a las pruebas practicadas hasta ahora, las autoridades locales aún no brindan respuestas claras sobre lo sucedido, mientras las familias de los jóvenes afectados exigen explicaciones y expresan preocupación.