Los militares internos en la Prisión Militar IRM de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no sólo mantienen en sus expedientes la mancha de haber cometido un delito castrense sino que además deben lidiar con trastornos psiquiátricos y psicológicos derivados del consumo de drogas, problemas familiares o estrés.
Proceso tuvo acceso a un documento que forma parte de los archivos filtrados por el grupo de hacktivistas Guacamaya, donde de acuerdo con un informe generado por la subsección de Salud de la Sedena, correspondiente al mes de julio de este año, se reportaron los padecimientos por los que militares presos en dicha cárcel, ubicada en Lomas de Sotelo en la Ciudad de México, recibieron atención psiquiátrica y psicológica.