“A uno le quitan toda la ropa, no le dan chance de nada. De ahí te llevan preso, tres días, a veces uno dura hasta nueve días, y luego te sacan y no te dicen nada. Te montan en el camión y ahí vas esposado, lo esposan de los pies, de la cintura, de todos lados sin decirnos a dónde nos llevan, y ya cuando te das cuenta, estás en la frontera mexicana y de ahí te llevan para la Ciudad de México”.
Fredy Mosquera, joven venezolano, describió así la “humillante” experiencia que vivió al ser expulsado de Estados Unidos. Esperaba ser atendido en la embajada en la CDMX, ubicada en Polanco. En las escalinatas, con aspecto demacrado y voz a veces entrecortada, contó cómo él y otros fueron tratados en EU.