Las 327 hectáreas que abarca la Central de Abasto reciben cada día medio millón de personas que acuden a surtirse de mercancía. Este mercado -el más grande de América Latina- es también utilizado para almacenar drogas y armas e incluso para lavar dinero, producto del comercio ilegal que genera la delincuencia organizada, dicen informes oficiales consultados por Proceso, los cuales señalan que ahí operan cárteles del narcotráfico y bandas trasnacionales que se dedican también al robo y a la extorsión; entre ellas Los Boqueteros, Los Oaxacos, Los Limoneros, Los Tanzanios, Los Colchos...
Caminar por los pasillos de la Central de Abasto (Ceda) de la Ciudad de México equivale a recorrer todo el país en poco más de 300 hectáreas. A este centro neurálgico del comercio lo caracterizan corredores repletos de frutas, flores, legumbres, hierbas, carnes y abarrotes producidos en distintos estados; juntos forman un abanico de colores, olores y sabores en el vaivén de casi 500 mil personas que visitan el lugar diariamente.