Tensas por los fracasos en el tema migratorio, el Gobierno de México y Estados Unidos están enfrascados en una diferencia grave debido a los acotamientos que enfrenta la DEA –la agencia antidrogas norteamericana –en el territorio mexicano desde que fue reformada la Ley de Seguridad Nacional tras la captura y posterior liberación del General Salvador Cienfuegos, acusado de tener nexos con el crimen organizado.
Pese a las acciones diplomáticas por parte de México, que ha colocado el tema en el tablero de las negociaciones, las tensiones continúan aunque poco trasciendan. Lo más reciente es que el Gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó el despliegue de la Guardia Nacional estadunidense en toda la frontera para frenar la ola migratoria; es, en estricto sentido, una declaración de guerra contra la migración. Y, además, el mandatario texano insistió en que los cárteles mexicanos deben ser declarados como organizaciones terroristas.