El EZLN y el CNI acordaron consultar, con pueblos y comunidades, la postulación de una mujer indígena como candidata a la Presidencia de la República en los comicios de 2018. La decisión ha levantado una enorme polémica. Unos ven en la determinación un giro de 180 grados en su línea de acción. Otros, su ingreso a la política. Algunos más, una maniobra en la formación de una coalición anti-Andrés Manuel López Obrador.
Estas tres opiniones son, además de equivocadas, prejuiciosas. Están basadas en la desinformación y en un esquema analítico que tiene como punto de partida: quien no está conmigo, está contra mí. Estos puntos de vista desconocen la historia y la trayectoria política, tanto del EZLN como de las organizaciones indígenas que forman parte del CNI.