El homicidio del coordinador estatal de la Guardia Nacional (GN), general José Silvestre Urzúa Padilla, el jueves 24 en un enfrentamiento contra criminales en el pueblo de Pinos, es una clara afrenta contra las autoridades que han sido incapaces de contener la ola violenta que ha marcado Zacatecas, plaza clave en el trasiego de drogas a Estados Unidos.
Se trata del mando de más alto rango asesinado por miembros de la delincuencia organizada desde que se fundó la Guardia Nacional, el 26 de marzo de 2019, parte de la estrategia del presidente, Andrés Manuel López Obrador, para enfrentar la violencia e inseguridad pública en el país.