El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está dispuesto a pagar 700 millones de pesos para adquirir la marca de Mexicana de Aviación y otros activos de la extinta compañía y entregarlos a su nueva aerolínea, operada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); sin embargo, ese monto no resolverá el adeudo histórico que el Estado tiene con los extrabajadores de la empresa, desmantelada por Grupo Posadas durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Los sindicatos firmaron con Mexicana de Aviación un laudo para terminar la relación laboral de los 8 mil 620 trabajadores a cambio de cuatro años de liquidación y dos de salarios caídos, lo que representa cerca de 8 mil millones de pesos, 11 veces más a lo que ofrece el gobierno para comprar la marca.