Si bien el nuevo decreto presidencial que prohíbe usar maíz genéticamente modificado para la alimentación humana especifica algunos aspectos que habían quedado un tanto ambiguos en el medida del 31 de diciembre de 2020, también elude impedir su uso para la elaboración de harina industrializada con la que se hacen las tortillas, indicó la doctora Alma Piñeyro Nelson, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la nueva disposición hay una serie de definiciones entre categorías de maíz según su uso y se dice que no se va emplear para consumo de personas, en particular para el sector de la masa y la tortilla; sin embargo, la posibilidad de usarlo previa industrialización del grano importado deja abierta la puerta para sea comido por la mayoría de la población, precisó la investigadora nacional nivel I.