Las elecciones de este 2023, en el Estado de México y Coahuila, no representan un riesgo para el partido Morena, porque ninguno de los 20 estados que gobierna estará en juego; por el contrario, podrían significar un gran avance territorial. Del otro lado, la oposición tendrá un reto vital en la antesala de los comicios presidenciales.
La oposición ha puesto la mirada en 2024. Así lo hizo ver en la concentración masiva de este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México, un lugar que históricamente había empleado la izquierda para mostrar su músculo. Pero antes de lo que pueda suceder en la contienda presidencial, el bloque opositor, que conforman en lo político el PAN, PRI y PRD, tendrá el reto de conservar los gobiernos del Estado de México y Coahuila en las elecciones de este año.
Morena por su parte tendrá su último proceso fácil, ya que no pondrá en juego ninguno de los 20 estados que gobierna, algo que cambiará en el 2024 y hacia delante; por el contrario, podría significar un gran avance de ganar en el territorio mexiquense —donde mantiene ventaja en las encuestas—, pues se trata de la entidad con el mayor número de población y de votantes.